jueves, 6 de diciembre de 2007

Nadia Ríos

La muerte y el tiempo:

Leyendo a Borges y Quiroga me invadió cierta angustia que provoca ese pequeño tiempo de morir o esa lenta muerte del tiempo. En “El milagro secreto” Borges logra hacer que la agonía dure un año atemporal y se confunda con el tiempo que necesita el personaje para escribir. En “el hombre muerto” la agonía del campesino dura unos minutos que el autor logra convertir en toda una vida de cotidianidad en el campo. Estas dos maneras de medir el tiempo me dejaron la sensación que, cómo en muchas cosas de la vida, no se puede escoger el momento de morir pero si el tiempo de la muerte.

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