miércoles, 26 de diciembre de 2007

FELIZ AÑO Y FELIZ NAVIDAD

Para las chicas del consorcio La Lupe: Tatiana, Vanessa y Catalina
y para las ganadoras del concurso laboratorio editorial Futuras Escritoras
una feliz navidad, feliz 2008 y felices reyes.

Nos vemos en enero.
Saludos para todas.
Bye.

domingo, 9 de diciembre de 2007

A la espera del santo oficio


Bien, este fue producto de uno de los talleres. Además estoy absolutamente de acuerdo con Andrea, el sabado fue un dia maravilloso, no sólo por los ejercicios si no con la posiblidad de saber mucho más de todas ustedes.Habitualmente en la rutina desconocemos por completo la vida que bulle a nuestro alrededor, como si estuviesemos disgregados del universo. Dias como el sabado son por decirlo de alguna manera, restauradores del equilibrio, una forma de invitarnos a hacer parte de la vida. Nada por el momento, las dejo más bien con este cuento.
A la espera del Santo Oficio
A. Juliana Enciso M.
No soporto estas botas. ¡Dios! Después de diez días con sus respectivas noches sin menguar el agua, los días no han sido lo mejor en medio de estos lodazales y el olor a carroña, los caballos han enfermado, sin contar el respectivo número de indios y de esclavos que han sucumbido a la epidemia y para colmo de males está noticia. ¡Dios! Ahora todos creen que Victorio está loco y tiene pactos con el Maligno, ya no hay remedio, es oficial, hasta mi padre a quien siempre tuve en alta estima por su lucidez e incorruptibilidad frente a los chismes del pueblo, lo descubro como un hombre mediano sujeto a las supercherías y las necesidades de chivo expiatorio propias del Santo Oficio ahora que ya nadie cree, o al menos los hombre más cercanos a la fe profunda en la Fortuna procuramos olvidar, aunque no estamos ajenos para nuestra desgracia de su vigilancia.
Primero fue la señorita Amelia a quien un buen día por sus discusiones acerca de la mortalidad del alma con los varones de Mompox, acusaron de tratos con el Maligno. Recuerdo los libros en empaste de Córdoba caer como animales desmembrados desde la ventana más alta de su quinta, el estallido del cristal murano contra las lozas frías de la madrugada, su rostro de “dolorosa” atada al cepo dominico, mientras esperaba el cruel dictamen de la peonza para verificar si su peso era el indicado a la hora de levantar vuelo en las noches de luna llena. Nadie ha podido salvarse del inexorable nudo de la angustia. Tanto blancos como mestizos esperamos con alfileres en la boca nuestra hora.
…Y ahora el pobre liberto, con sus ojos clavados en las estaciones de la noche. Dicen que las calles alrededor de su miserable choza han sido acordonadas supuestamente para apaciguar el castigo divino provocado por sus palabras. La semana pasada, en medio del olor de la patilla abierta en el portal, escuche decir que “la manera de saber dónde encontrar a Victorio era ubicar la casa donde las gallinas de alguien habían amanecido muertas o la desgracia había aparecido disfrazada de gato negro”. Aunque nadie siente lástima por los negros, recuerdo todavía en mi infancia cuando servía a nuestra casa su incomparable bondad, su facilidad para contar historias y ante todo, ese gran don de interpretar las señales del cielo, conocer una a una las propiedades de las plantas de éste lugar o cualquier signo de la naturaleza para saber qué hacer ante los designios de la providencia, razón por la cual gentes de toda la provincia venían a visitarnos por la cura y consejos de Victorio. Ahora la razón de su dicha, de su conexión con el mundo y en cierta forma con nosotros los blancos, es la razón de su desgracia…¡¡Que Dios se apiade de su alma!!!
¡Maldita gorguera!, el sudor, la picadura de los mosquitos en las piernas. Cada minuto que pasa es un minuto menos para todos, ahora que el veredicto de la inquisición está cerca, la suerte de Victorio parece estar echada. Sus ojos brillantes auguran la calamidad y nadie puede entender que el verdadero maleficio no está en los ojos de perro ausente de éste hombre. Ha comenzado a llover otra vez y nadie sabe qué hacer ante la inclemencia del barro y los insectos incubados en la inmundicia. Las viejas rezanderas dicen que esto es culpa de nuestro intercambio impío con los cimarrones y nuestros oídos a sus ruegos y negocios con sus demonios. No falta mucho para ver cruzar las sotanas negras con la señal del miedo, lo sé, por los ademanes rápidos de mi padre, por ese ensayo repugnante que tengo ante mis ojos de sus gestos más egregios para la comisión. A paso de mula desde Cartagena de Indias, no faltan más dos soles para su llegada.
Nadie se da cuenta que mientras invadido por la tristeza Victorio sigue viendo las migraciones de las Maria mulatas, estamos cada vez más cerca de la anulación de nuestra única salvación a la hora del veredicto. Nadie sabe mejor que él los secretos de ésta ciénaga o como sobrevivir con las señales de ésta tierra aún ajena para todos los que sin decidir o simplemente huyendo estamos aquí. Sólo él sabe los remedios y las potencias con las no podemos lidiar, la manera de detener la peste, la lluvia que arrecia y el olor de los cuerpos de los que alguna vez fueron nuestros sumergidos en el fango ¿Acaso es tanto temor al Belcebú que finalmente somos nosotros para no detener la muerte del liberto Victorio que bien conoce las maneras de mantenerse en estas tierras olvidadas hace ya tiempo por Dios y su piedad?. El mensajero del Santo Oficio ha cruzado la plaza hasta mostrar las insignias a todos los honorables de éste moridero. Falta poco y cada uno de los dignatarios de éste pueblo se hinca ante la desgracia que está a punto de caer sobre nosotros. Siento lástima por Victorio, siendo dolor por éste pueblo de moribundos. Que nuestra progenie maldita –si alguien sobrevive con el pasar de las semanas a la Parca- se apiade del pecado de matar al único que podría saber la cura, la respuesta a nuestro mal de seguir siendo extranjeros en esta tierra ignota de demonios.

sábado, 8 de diciembre de 2007

TALLER FRUCTÍFERO DEL SÁBADO

Este espacio quizas diga muy poco pero a su vez puede que tenga mucho contenido implícito en él. Quiero agradecer al de arriba que nos dio ese sol tan picante para permitirnos salir un poco de la rutina de comportarnos como autómatas (llego, saludo con un hola, recibo el taller y me voy).

Aprovecho el espacio para agradecer también el momentito que tuvimos para hablar unas con las otras (así fuera por un lapsus de tiempo relativamente corto para tantas cosas que hay que decir), es muy gratificante saber que entre nosotras existen mujeres berracas, echadas pa'lante, constructoras de sueños en miniatura, madres, esposas, poetas, literatas, profes,entre otras.

Es interesante saber que además de vivir sesiones de enriquecimiento como escritoras, nos demos la posibilidad por lo menos de aprendernos los nombres de las demás, pues al fín de cuentas somos seres sensibles pero sobretodo humanos.

Ah, y que no se les olvide, mi nombre es Jenny Andrea por si las moscas, para servirles en lo que pueda ayudarles.

Un abrazo, y nos vemos el quince

jueves, 6 de diciembre de 2007

ES SOLO UNA HISTORIA

ES SOLO UNA HISTORIA…


Estoy tocando “satisfaction” de los Rolling Stones mientras contemplo aquella mujer sobre el montón de trapos que conforman mi cama, acariciando tontamente el perro derruido y sucio de mi vagabundo vecino, que se había entrado por el pórtico de mi casa ubicada en el centro de la ciudad. ¡Abusivo!, no el perro, sino mi vecino que de aposta y sabiendo que tipo de personaje tengo en mi casa suelta al perrito para incomodar… ¡perro! no el animal, sigo hablando del vecino.
Como ya es costumbre la doncella de millones de dólares se viste lentamente dándole tiempo al tiempo, tratando de ignorar que esta obligada a regresar a casa. Antes de marcharse le muestro el nuevo cuadro que estoy pintando para ella y aunque sus verdes y tristes ojos no la dejan pronunciar algún tipo de comentario sobre éste, yo se que le gustó. Se que le gusta ver retratado su cuerpo desnudo sobre la cama que tanto disfruta y en la que tanto la hago disfrutar, –algún día pagaran mis cuadros como si fueran hechas por Monet, Picasso, Dalí, Miró, ¡algún día!, grité mientras ella partía dentro de un taxi.
Prendo un cigarro piel roja y saco una cerveza del refrigerador que con el dinero que ella me dio, no por el sexo sino por las obras que le vendo, pude comprar,…!mentira! si es por el sexo, a quien voy a engañar, una mujer que puede tener la obra de cualquier artista famoso no valorará el trabajo de alguien como yo; sin embargo prefiero dejarlo en términos de mercadeo, es decir: “por la compra de un cuadro recibe como obsequio sexo gratis”, ¡eso! así suena mejor. Mientras sigo observando mi nuevo cuadro golpean a la puerta, supongo que es el vecino que viene por el perro, pero no, un hombre corpulento de tez negra, vestido gris y ojos color gato pregunta si tengo en venta mis obras. –Me han contando que es usted artista y yo estoy interesado en la compra de algunas de sus obras, soy coleccionista de arte y me interesa conocer el trabajo de gente nueva-. dijo, mientras sin permiso entra a mi casa y se sienta en el sillón haciendo a un lado el perro.
Yo quedo mudo, era acaso una broma o un regalo divino. –¿quién le habló de mi?, le pregunto mientras cierro la puerta.
- una conocida en común…más exactamente…!ella! dice el hombre cogiendo el cuadro que le había pintado a mi doncella.
- ¿ella?, repuse
- si ella es gran admiradora suya o… ¿acaso no le ha comprado varias obras?
- si, si, dije yo.
-Bien entonces no se que mas hay que explicar, quiero comprarle ésta
-esa no esta a la venta
-doy lo que pida por ella.
-no esta a la venta
-por favor, le puedo jurar que si usted me vende este cuadro su vida…cambiará
-y sino, dije intimidado
-sino, de igual forma cambiará
-pues si de ambas formas ha de cambiar mi vida, le repito que no esta a la venta.
5 segundos de su ojos sobre los míos fueron suficientes para saber que nada bueno me traería la visita de este sujeto. Sin decir nada más dio la vuelta y se marcho. De razón que desconfías tanto de los gatos, digo en voz alta dirigiéndome al perro.
Días después el golpe a la puerta despierta mi trasnochado sueño, al abrir no encuentro a nadie, solo un paquete en forma de cuadro envuelto con un fino papel satinado con cinta roja, no trae tarjeta , ni nada que identifique su remitente, ni mucho menos su destinatario. Pese al bonito empaque lo abro como abro todas las cosas en mi vida, incluyendo las blusas de las mujeres, es decir… a rasguños. Veo la imagen del cuadro y quedo frío, está dibujado el hombre de tez negra que me había visitado y junto a él está mi doncella, tirada en el piso con la cara golpeada, asustada, arrinconada a una pared, él cogiéndola del cuello a una sola mano y con la otra un puñal apuntándole a sus entrañas. En la parte de atrás del cuadro decía:
“mi esposa y yo le enviamos un obsequio esperando que sea del agrado de un artista de su talla”. Trato de asimilar lo que estoy viendo, el perro empieza a ladrar con alaridos, me hace dejar el cuadro a un lado señalándome que me asome a la ventana, al hacerlo veo frente a mi casa dos hombres armados y en la mitad de ellos a mi doncella con su maltratador y millonario esposo, veo como se besan sin pudor, como ella con su cara golpeada lo besa, a mi jamás me había besado así…tan sin falta de pasión.
Doy la espalda a la ventana, cierro los ojos y no los vuelvo a abrir hasta que escucho el ruido de un carro marcharse, vuelvo y miro el cuadro, la recuerdo a ella, ¿a que juega?, si él le hace daño porque no se aleja, porque no se va,- porque, porque, porque tiene dinero, me dice mi vecino que viene a llevarse el perro.
-¡hasta el perro se va!.

Pasa el tiempo y aunque llevo meses escuchando “piece of my heart”, y “bye bye baby” de Janis Joplin, no logro sacar los recuerdos de mi cabeza. Golpean a la puerta y encuentro un paquete, parecido al de esa vez, es un inmenso cuadro, envuelto en bolsas plasticas de colores, con miedo lo abro, el oleo está en blanco, en la parte de atrás tiene ajustado un gran folio, su contenido… piezas originales de Miró de Rembrandt, Kandinsky, Gauguin, Botticelli y no se cuantos más. Un bien doblado articulo de periódico sale a volar, al leerlo me entero del asesinato del hombre millonario, aquel de tez negra y ojos de gato. ¿quién lo mato?, según el artículo aun no se sabe; pero afuera de mi casa suena la canción “freedom” de Jimi Hendrix, me asomo a la ventana y esta mi doncella, sin golpes, sin torturas, sin tristezas, sin marido.
-¡el oleo es para que me vuelvas a pintar desnuda…pero junto a ti! Grita ella.
-si compras un perro dalo por hecho, le digo yo.


Autor: Angela Lancheros M.



Nadia Ríos

La muerte y el tiempo:

Leyendo a Borges y Quiroga me invadió cierta angustia que provoca ese pequeño tiempo de morir o esa lenta muerte del tiempo. En “El milagro secreto” Borges logra hacer que la agonía dure un año atemporal y se confunda con el tiempo que necesita el personaje para escribir. En “el hombre muerto” la agonía del campesino dura unos minutos que el autor logra convertir en toda una vida de cotidianidad en el campo. Estas dos maneras de medir el tiempo me dejaron la sensación que, cómo en muchas cosas de la vida, no se puede escoger el momento de morir pero si el tiempo de la muerte.

EL OBSERVADOR

-Deja de hacer ruido y apúrate, dijo seriamente Marcela a su amiga Ana, mientras recorrían los pasillos del museo del Prado.

No era divertido estar viendo cuadros que para ellas no eran más que el requisito de la clase de arte.

-Ven adelantémonos un poco, estoy cansada de escuchar a la profesora describiendo majestuosamente cada pintura, como si esto fuera interesante.

-Mira, dijo Ana señalando el gran cuadro, no entiendo como podían llamar a eso una Venus, dijo mientras señalaba la dama desnuda del cuadro.

-Que horror, contesto Marcela, mira ese cuerpo redondo y esa cara regordeta, al autor solo le falto dibujar la celulitis.

-Y que opinas de ese color blancuzco de la piel, se nota que le faltaba un poquito de bronceado.

-Nada de busto y mucho de barriga.

-Y que dices de ese tipo, dijo señalando al hombre sentado a los pies de la mujer desnuda, un típico morboso, pero ¿que mas podría conseguir una mujer con esa figura?

-Tienes razón, esas viejas solo consiguen tipos bigotudos como ese, fíjate en esa mirada obscena que le hace, no deja de mirar el regordete sexo lampiño de esa gordinflona, ni siquiera se concentra en lo que esta tocando, dijo señalando la mano que aquel hombre tenia sobre la teclas del Órgano.

-Y ese perro flacucho, no se que hace en esa escena, parece atraído por la carne suelta de esa vieja.

-Este museo esta repleto de viejas gordas.

-Como les venia explicando, interrumpió la profesora junto con el grupo de estudiantes, esta es otra maravilla de Tiziano, esta hermosa Venus desnuda con su piel suave y tersa recostada sobre el diván cubierto por el terciopelo rojo, jugueteando con su perro, mientras escucha la melodiosa melodía interpretada por el Organista que sentado a sus pies y enloquecido por el cuerpo desnudo de su musa no puede dejar de mirarla ni un instante.

Ana y Marcela no pronunciaban palabra, aterradas por la descripción que hacia la maestra de aquella pintura.

-Y el paisaje, continuo la profesora, miren ese paisaje a través de la ventana, esa fuente y esas hileras de árboles que denotan la profundidad de la obra, y ese atardecer opacado por la belleza de la mujer, centrando la atención del espectador en la única figura que emana luz del cuadro, la hermosa musa, la Venus.

-¿Alguien tiene dudas? Pregunto la profesora a sus alumnos.
-Yo, dijo Marcela, disculpe profesora, pero yo no veo las características maravillosas de la obra ni la belleza de la “musa”.
-Mi querida señorita, contesto la profesora, lo bello del arte es precisamente eso, todo depende del observador.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

La señora Venus y su primo el organista



La señora Venus y su primo el organista

Cuando la señora me pidió que llevara las toallas perfumadas- cuanto antes- a su habitación, jamás imaginé lo que encontrarían mis cándidos ojos. He sido discreta y fiel, jamás entrometida, pero una escena como esta, a cualquiera le provocaría fuertes sudoraciones, mareos y por qué no…deseos de contar lo sucedido como medio para liberar un poquito la angustia. La señora Venus andaba en bata por toda la casa, de pronto subió a sus habitaciones y me pidió en secreto, que cuando el Señor John, su primo lejano, se anunciara; lo hiera pasar directamente a sus aposentos Y así fue, en cuanto el distinguido señor se anunció, inmediatamente lo hice pasar, porque si no, quién sabe qué haría después la señora como represalia. Unos momentos después la señora Venus, con un aullido de loba me pidió que llevara algunas toallas, luego de su baño especial. Y claro, siempre obediente, cuanto antes, lo más pronto que pude, atendí su solicitud. Toqué a la puerta una, dos veces, no pasó nada, el organista,-primo dejó de tocar. Silencio rotundo. Tres, cuatro veces y nada. Lo único que podía hacer era abrir con cuidado, de puntitas. Empujé con discreción la puerta, sin que ellos pudieran verme…no podía creer: la señora recostada y desnuda, con sus carnes pálidas y generosas acomodadas sobre sus finísimas almohadas blancas bordadas con hilos de oro. Su cabellera rubia, rizada enrollada en una moña, permanecía así, inmóvil, lejana y muy discreta con sus joyas puestas- la muy engreída- exhibiéndose gustosa antes la mirada directa, evidente, y descarada del señor John, su primo lejano, nada lejano parece ser, el señor con la mano en el piano pero con la cabeza descaradamente dirigida hacia la señora Venus, cómo pueden. Y ese perro faldero siempre detrás de la señora, Dirty, embelesado con el cariño de mi patrona quien le acariciaba el lomo con un falso interés, cuando en realidad a quien quería palpar era al señor John. El telón rojo al fondo de la escenita me indicaba una conexión entre ellos, parecía estar puesto a propósito para la gran ocasión. Más bien todo se apreciaba como una obra de teatro, ellos ante un gran público dispuesto a saber más y más sobre esta bizarra relación. Al fondo de la escena una secuencia de pinos interminable, haciendo calle de honor a la plaza donde ese cupido de bronce parecía tan victorioso. Dios, lo que hay que descubrir. Pero bueno, dejé las toallas junto a la mesita y salí despavorida Eso fue lo que vi, ni más ni menos. No invento nada, se lo puedo jurar. Qué bello será cuando llegue el señor y le cuente esta preciosa escena entre la señora y su “primo lejano” organista. Ja Falta muy poco para que el señor llegue a casa, espero que la señora alcance a despedir a su honorable invitado antes de una tragedia, pero no me preocupo por eso, la señora Venus sabe cómo hace sus cositas. Calentaré la cena para mis señores, no puedo distraerme con tanto chisme y habladuría, primero el trabajo. He sido discreta y fiel, jamás entrometida De cualquier modo la señora necesitará de muchos baños calientes para reponerse de este percance, de eso, estoy segura.

Voy a matarla

La voy a matar. Voy a matar a esa maldita mujer. No entiendo por qué nunca me quiso. Soy rico, toco el órgano con destreza y porto una fina espada en mi cintura. No estoy viejo, ni mucho menos. Yo diría que hasta soy apuesto. Pero ella, ella simplemente nunca me quiso. Y ¿por qué demonios me dejé seducir por ese cuerpo obeso y poco agraciado? La verdad es que no es obeso y de hecho sí es muy agraciado... La maldigo. La maldigo por hechizarme, por robarme dinero, por arrebatar mis tardes, por no amarme. Le gusta jugar conmigo, sabe que mi devoción la llenará de privilegios.
De repente me llega a la memoria lo que ocurre irremediablemente todos los días, el recuerdo aumenta mi furia y la escena se plasma en mi cabeza como si fuese una pintura de Tiziano:
Yo deslizo mis manos por el órgano, pero en realidad no toco. Lo único que me interesa es su sexo. Lo miro fijamente con lascivia. Ella, desnuda, exhibe sin pudor su figura redonda, poco estilizada, sus muslos gruesos y flácidos y su sexo depilado (cuánto daría porque esos muslos se me ofrecieran como un manjar a mi antojo, ¿qué más quiero sino mis labios allí en su íntima cueva?). Se encuentra recostada, casi sentada, de medio lado sobre el edredón color crema (aquél obsequio que me costó tantas monedas de oro) y una manta púrpura. Ella observa al horrible animal que parece un perro, flaco y café, y lo acaricia (ese asqueroso perro, lo quería más que a mí, lo sé, lo miraba siempre a él, perro del demonio, también quisiera matarlo). Mi diosa, mi musa, mi verdugo parece no tener noticia de que hay unos ojos clavados en su pubis (los ojos que debí sacarme antes de sucumbir en su figura y que ahora presencian esa indiferencia sepulcral que me desvanece). Por una ventana, al fondo del cuarto, se ve ya que la tarde acaba. Se ven las dos filas de árboles que parecen dibujar un sendero a lo lejos y que todos los días me la recuerdan.
¿Por qué llegaba cada tarde con el monstruo pequeño y café, sacaba vino de la despensa y se desnudaba para oírme tocar? ¿Acaso no es evidente que mi deseo me henchía de tal manera el corazón que terminaría acabándome? ¿Cuál era su propósito? ¡Bruja del océano y ángel del cielo! Ahora que le pido se case conmigo, ahora que pensaba que podría tocar cada parte de su cuerpo y saborear lo que sólo mis ojos gozan, se ha indignado. Me ha dicho que se va a casar con un conde y que pronto dejaremos de vernos.
Así que la mataré. Llegará mañana en la tarde y yo sacaré las copas de vino. Mientras se desnuda, lentamente como la muy cruel suele hacerlo, pondré las gotas de veneno en su copa. También habrá veneno en mi copa, para que piensen que quizás me he matado con ella, pero beberé tan poco, que únicamente se me dormirá la lengua y me temblaran las extremidades. Ella tomará la pócima y se acabará nuestra historia. Yo y no ella acabará esta historia. Aún estoy dudando de si también le doy veneno al perro. Perro inmundo, igual es tan feo que merece morir.
Mañana, con la lengua dormida y las piernas trémulas, saldré corriendo de mi casa, a través del sendero que dibujan las filas de árboles, hasta llegar al bosque. Me ocultaré allí un par de días hasta que cesen de buscarme. Luego, con otra apariencia y con otro nombre, me marcharé a Francia.

Ptósis de Guadalupe Nettel

El relato de Guadalupe Nettel narrado en primera persona cuenta la historia de un fotógrafo particular. La prosopografía y la etopeya se mezclan armoniosamente para construir un perfil nítido de la joven que tiene el párpado caído. El aspecto sicológico del personaje que narra, se me va revelando con claridad a medida que avanza el relato, dejando claro que haber conocido a esa mujer le deja una marca para siempre.

Éxtasis de Katherine Mansfield

En el cuidadoso relato, la autora emplea una tercera persona para ubicar al lector y luego traslada la voz a una primera persona que va intercalando con el narrador a lo largo de la historia. Las etopeyas son maravillosas porque me introducen de manera íntima en el mundo de Bertha, que describe también con cierta ironía, porque justo cuando ella es feliz y comienza a desear a Harry, aparece la sombra de la señorita Fulton, una hermosa mujer que resulta ser amante de su esposo.

PERSONAS NARRATIVAS...

Leer un cuento a partir de la comprensión del rol de cada personaje (incluyendo al narrador) da la oportunidad de adentrarnos en la historia para identificar los matices que presenta y las voces que nos hablan y nos guían a través de las palabras, así como las revelaciones o silencios profundos que nos capturan.


En El hombre de Rulfo se revelan distintas voces a partir de un narrador pertinente, discreto y a la vez omnisciente que se ve alterado poco a poco y de manera contundente por las distintas voces de los personajes. El perseguidor “dialoga” con el perseguido, pero el relato en primera persona se origina a partir de la entrada de un nuevo personaje, el pastor, generando el cambio de perspectiva en el lector. Un final con un hecho no enunciado pero si anunciado.

En Ptósis de Nettel se evidencia claramente la aparición de un narrador-personaje, permanente y en primera persona que nos da cuenta de sus recuerdos, evocando en ocasiones diálogos. Es una historia sencilla que logra atrapar al lector.

En el caso de Éxtasis de Mansfield se manifiesta un narrador omnisciente que nos revela de una manera próxima las sensaciones de Bertha Young y las diferentes situaciones que se generan en la cena, sin embargo se genera el diálogo de Bertha con ella misma para dar continuación a los diálogos con los otros personajes. No logré entender, y logró distraerme, el empleo de la cursiva, ¿se quiere exaltar de otra manera más sutil el éxtasis del personaje?.

Finalmente con ¿Recuerdas Juana? de Helena Iriarte se identifica el empleo indudable de la segunda persona, un tu que evoca constantemente un juego entre el yo consciente y el inconsciente (Deja atrás a tu sombra y a mí; ¿puedes reconocerte en mi como entonces?; recuerdo, ¿recuerdas que pensaste;... tu padre que habitaba en el centro y YO tan cerca de tu soledad; te dejé sola perdida en la inconsciencia), logrando transportarme de una manera intensa a través del recuerdo, del olvido, de la soledad y la imaginación, de la lucha por recordar, de los sentimientos de Juana, sus carencias profundas, sus deseos y miedos, a partir de una situación límite ( la muerte de su padre) que genera un sin fin de consecuencias en su vida dando paso a la división del relato en dos partes, mañana y tarde, que da cabida para la inclusión de una tercera por parte del lector.

SOLO UN INSTANTE


El deseo se origina en un instante de completa contemplación pero la indiferencia aniquila el ardor que se genera a partir de la primera mirada indiscreta.

Aquel atardecer de oro fue el mejor cómplice para la escena que presencié, los árboles verdes, altos y uniformes formaban un sendero perfecto que me guió hacia aquella ventana y allí, cerca de una fuente angelical que me recibió con un chorrito amenazador, me dejé llevar por el sonido prolongado de una nota musical que provenía de un órgano clásico que logré observar desde afuera a través de aquel marco revelador.

Me dejé llevar por el ambiente cálido y sublime de la habitación que observaba, pude distinguir el color rojo escarlata de las cortinas que me invitaban a mirar un poco más allá; ella estaba tendida en la inmensidad de la cama rozando con la piel de su cuerpo desnudo una manta de terciopelo vinotinto. Pude descubrir a través de la perfección de su piel la suavidad de la cama, se mostraba intacta y seductora y con su fina mano acariciaba a un pequeño cachorro que pretendía escalar sus perfectas montañas tono piel.

Paralelamente aquella mujer intentaba ignorar lo que pasaba en la punta de sus pies que alcanzaban a rozar ligeramente las vestiduras de un hombre, el hombre del órgano, quien no parecía tener ningún reparo ni vergüenza ante la satisfacción de sus deseos, un hombre que posiblemente la visitaba en cada puesta del sol para divisar su silueta.

Estaba sentado en el borde de la cama, dirigiendo sus ojos fulminantes hacia un punto fijo, oscuro y misterioso, de allí la inmovilidad de sus pestañas; identifiqué de su parte un intento por encontrar una fuente de placer, un lugar que se distinguía en lo más recóndito de las piernas de aquella mujer, un lugar sublime que le era proporcionado en ese instante para que sus ojos se abrieran indefinidamente. Él mira sin reparo, en un estado de contemplación, aún así no logra inquietar a la mujer que encuentra pertinente su mirada invasora ya que posiblemente eso no compromete su corazón, su alma, su verdadera intimidad, tal vez aquel hombre se tenía que conformar con conocerla en su desnudez corporal ya que no tendría la posibilidad de reconocerla en sus adentros, en sus verdaderos lugares secretos e íntimos, en lo que realmente no le gustaría compartir.


El hombre para de tocar, sabe que ni su música ni su mirada son suficientes para penetrar en la vida de esa mujer. El cielo anuncia su retirada, yo la mía y él, después de tomar conciencia de que necesitaba volver a parpadear y a respirar, siente que es momento de partir.












Sugerencia bibliografía Novela Moderna

Estos textos pueden aclarar la duda del taller:


- Bajtin, M. Teoría y estética de la novela. Barcelona: Taurus, 1995

- Eichembaum, J. “Novela, nouvelle, cuento. Sobre la teoría de la prosa” Revista Eco. Bogotá, No.110, junio de 1969.

- Robbe-Grillet. Por una novela nueva. Barcelona: Seix Barral, 1965.

- Suárez, A. La novela y el cuento frente a frente. Ginebra: Sociedad Suiza de Estudios Hispánicos, 1995.



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Puntos claves taller personas narrativas y descripción

PERSONAS NARRATIVAS


Tercera persona: Orgullo y prejuicio, Jane Austen

Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arraigada en las mentes de algunas de las familias que lo rodean, que algunas le consideran de su legítima propiedad y otras de la de sus hijas.––Mi querido señor Bennet ––le dijo un día su esposa––, ¿sabías que, por fin, se ha alquilado Netherfield Park?El señor Bennet respondió que no.


rimera y segunda personas: La naranja mecánica, Anthony Burgess

--¿Y ahora qué pasa, eh? Estábamos yo, Alex, y mis tres drugos, Pete, Georgie y el Lerdo, que realmente era lerdo, sentados en el bar lácteo Korova, exprimiéndonos los rasudoques y decidiendo qué podríamos hacer esa noche, en un invierno oscuro, helado y bastardo aunque seco. El bar lácteo Korova era un mesto donde servían leche-plus, y quizás ustedes, oh hermanos míos, han olvidado cómo eran esos mestos, pues las cosas cambian tan scorro en estos días, y todos olvidan tan rápido, aparte de que tampoco se leen mucho los diarios.



Segunda persona: Drácula, Bram Stoker
Debo decir que me evalúas muy injustamente al decir que soy mala para la correspondencia. Te he escrito dos veces desde que nos separamos, y tu última carta sólo fue la segunda. Además, no tengo nada que decirte. Realmente no hay nada que te pueda interesar. La ciudad está muy bonita por estos días, y vamos muy a menudo a las galerías de pintura y a caminar o a andar a caballo en el parque. En cuanto al hombre alto, de pelo rizado, supongo que era el que estaba conmigo en el último concierto popular. Evidentemente, alguien ha estado contando cuentos chinos. Era el señor Holmwood. Viene a menudo a vernos, y se lleva muy bien con mamá; tienen muchas cosas comunes de que hablar. Hace algún tiempo encontramos a un hombre que sería adecuado para ti si no estuvieras ya comprometida con Jonathan. Es un partido excelente; guapo, rico y de buena familia. Es médico y muy listo. ¡Imagínatelo! Tiene veintinueve años de edad y es propietario de un inmenso asilo para lunáticos, todo bajo su dirección.



DESCRIPCIÓN


- La manera en que la descripción se inserta en el relato;
- el funcionamiento interno, la cohesión semántica de la descripción (la naturaleza de lo que estoy narrando);
- el papel que desempeña en la economía global del relato;
- y el principio de écfrasis literaria – enargeia (Platón).


Hablar de funciones de la descripción, no de tipos.
¿Cuáles son las funciones de la descripción?
- Función estética
- Gimnasia semántica – retórica clásica.
- Icono – definición Balzac : "los acontecimientos de la vida pública y privada están íntimamente relacionados con la arquitectura". La descripción revela.


ASPECTOS LINGÜÍSTICOS:

Es característico el uso de FORMAS VERBALES imperfectivas, que inmovilizan la acción, frente al de las formas perfectivas típico de los pasajes narrativos. Los más frecuentes son el presente intemporal y el pretérito imperfecto de indicativo. (tiempo estático)

En la descripción adquieren capital importancia los SUSTANTIVOS (que dan nombre a los objetos de la realidad) y los ADJETIVOS (expresan las cualidades y rasgos del objeto descrito) o construcciones equivalentes al adjetivo (construcciones preposicionales, comparativas, proposiciones adjetivas).

En cuanto a las estructuras sintácticas, predominan las oraciones enunciativas (con preferencia por las atributivas) y la coordinación y la yuxtaposición.

Los recursos estilísticos son muy importantes en la descripción: enumeraciones, metáforas y comparaciones, personificaciones en la descripción de animales o cosas y animalización o cosificación en la descripción de personas, etc. (Generación de imágenes).

Descripción de Personas
Prosopografía: Es la descripción de los rasgos físicos de la persona, de su apariencia externa.
Etopeya: Es la descripción de rasgos psicológicos o morales del personaje: su manera de ser, de actuar, su carácter.
Retrato: Es una descripción combinada en la que se describen las características físicas y morales de la persona. Une la prosopografía y la etopeya.
Caricatura: Es un tipo de descripción en la que los rasgos físicos y morales de la persona se presentan de manera exagerada, acentuando los defectos.



Ejemplos:

Retrato físico de Momo (Michael Ende)
En verdad, el aspecto externo de Momo era un poco extraño y tal vez podía asustar algo a la gente que da mucha importancia al aseo y al orden. Era pequeña y bastante flaca, de modo que ni con la mejor voluntad se podía decir si tenía ocho años o ya doce. Tenía el pelo muy ensortijado, negro como la pez, y parecía no haberse enfrentado nunca a un peine o unas tijeras. Tenía unos ojos muy grandes, muy hermosos y también negros como la pez y unos pies del mismo color, pues casi siempre iba descalza.


Ejemplo de retrato (Camilo José Cela)
Mi padre se llamaba Esteban Duarte Diniz, y era portugués, cuarentón cuando yo niño, y alto y gordo como un monte. Tenía la cara color tostada y un estupendo bigote negro que se echaba para abajo. Según cuentan, le tiraban las guías para arriba, pero, desde que estuvo en la cárcel, se le arruinó la prestancia, se le ablandó la fuerza del bigote y ya para abajo hubo que llevarlo hasta el sepulcro. Yo le tenía un gran respeto y no poco miedo, y siempre que podía escurría el bulto y procuraba no tropezármelo; era áspero y brusco y no toleraba que se le contradijese en nada, manía que yo respetaba por la cuenta que me tenía.

EL PUNTO DE VISTA NARRATIVO

El punto de vista narrativo

¿Quién nos cuenta el cuento? ¿Desde dónde?

Un alto sentido de la intimidad, huellas, un aire poético muy poderoso se respira en ¿Recuerdas Juana? de Helena Iriarte, una narración en segunda persona, que nos acerca al mundo y a la conciencia de la pequeña Juana. Por otra parte en Éxtasis de Katherine Masfield, el narrador omnisciente nos cuenta la cena que Bertha Young con sus amigos en casa, el narrador se acerca magistralmente al sentimiento profundo que la protagonista mantiene a lo largo de la historia; se acerca a su conciencia, sin describir exactamente cada uno de sus pensamientos, basta con señalar un sentimiento que la embarga desde la apertura del cuento. En El hombre de Juan Rulfo asistimos a una narración contada por varias voces, estas voces se alternan para enriquecer aún más este relato intenso. Por último en Ptosis de Guadalupe Nettel la narración está en primera persona, un fotógrafo que cuenta su experiencia con el Doctor Ruellan en París, vemos un personaje que siente, opina, reflexiona, dialoga, nos lleva de la mano por una historia simple, donde sin duda, el lector sabe exactamente cómo se siente el personaje.
SONIA RAMÓN

martes, 4 de diciembre de 2007

Tarea sobre personas narrativas

Yo elegí hacer un comentario de “El hombre” (Juan Rulfo)
El cuento es difícil de comprender (es difícil saber cuál es la historia), me parece —por eso me perdonarán si llego a decir algún disparate en mi comentario. Lo que lo hace difícil es, justamente, la mezcla de espacio y tiempo que tiene y lo que yo interpreté como la inclusión de varias personas narrativas. Hay un narrador en tercera persona, que no parece ser omnisciente del todo, pues nunca dice qué piensan los personajes, sino más bien lo que dicen, pero que probablemente no es un testigo real. Hay un narrador en primera persona, el padre de la familia asesinada (creo), que persigue al señor del machete. Y por último hay otro narrador en primera persona, el borreguero, que cuenta la parte final de la historia. Cada personaje maneja su tiempo: el asesino de la familia “va” a un tiempo pasado. El narrador-personaje que lo persigue va a otro tiempo que es también pasado, pero después del de el asesino (a pesar de que la narración de lo que le ocurre al asesino se intercala con lo que le ocurre al persecutor y por eso uno se confunde). Y finalmente el borreguero “está” ya mucho más adelante, en el pasado y presente (ya cuando habla con el licenciado).
Todo ese juego de cambio de personas narrativas, de tiempo y de espacio es lo que hace al cuento interesante. Uno se siente inquieto con respecto a qué es lo que se está contando, y por eso se ve llevado a leer cuidadosamente hasta entender.
Me gusta que Rulfo logre diferenciar las voces (la del borreguero y el persecutor) de los narradores-personajes no sólo por su punto de vista de los hechos, sino también por la forma diferente en la que hablan. El borreguero tiene una especie de jerga propia que el persecutor no.
Para terminar, en este cuento me parece claro lo que nos decía Vanesa la sesión pasada: las descripciones a veces sirven como pausas. Cuando se describe la vereda, el río, y otros elementos del paisaje, hay como un descanso en el relato de la historia.


Atardecer desnudo

Atardecer desnudo

Ambos se habían querido olvidar de la brisa cálida que el crepúsculo les entregaba. Provenía del sur y surgía por entre ese remedo de jardín de Versalles que se encontraba en el trasfondo del teatro; ese era el escenario para que la belleza inquietante de los arreboles del verano hiciera que la escena ostentara como telón de fondo una imagen metafísica.
No pude entender por entonces por qué todo me parecía estorboso en las tablas: ese telón rojo descolgado arriba de Josephine, su misma figura recostada, atenta de su perro y olvidada de su rubia desnudez. Todo: desde esa costumbre del iluminador de poner mucha luz a esa inmaculada piel y el consabido acolchado sobre el que ella reposaba que parecía un mar de chocolate sobre el cual flotaba. Todo: hasta ese mísero organista que siempre se sentaba a los pies de la histriónica inocencia de la protagonista con la tentación permanente de torcer el cuello y alinear sus ojos, sin otro fin que auscultar su pubis, discretamente escondido por ese vientre matriarcal. Todo: parecía una componenda para que el ocaso fuera olvidado.
Ahora, se me ha impuesto la idea de que si esos atardeceres no hubieran escoltado la compañía de teatro jamás hubiéramos logrado el éxito que conseguimos. Y sin embargo, me imagino a ese par pensando que la desnudez y el órgano fueron el embelezo del público.

Clara M. Granados
Bogotá, Diciembre 4 de 2007.

Ejercicio

Ella acaricia mi pelo café; sin embargo, no quiere subirme a su regazo. Él la mira y, aunque sus manos acarician el órgano, sospecho que preferiría ser la mano que recorre el muslo desnudo, o ser el collar y desprenderse para, en la caída, caminar por su pecho.
Entre tanto, apoyo mis patas sobre la cama baja, intento alcanzar su cuerpo, el impulso que me permita divisar el ocaso y las filas de arboles enfrentados como él y yo. ¿Acaso también por amor?
Como no es posible aquel impulso, permanezco casi inmóvil igual que ella. Sí a mí me mira, pero es él el objeto de su admiración. Él con sus vestiduras y alma pomposas y esa espada desafiante y aún casi oculta.

CONCURSO HISTORIAS PARALELAS

El próximo 20 de diciembre se cierra el concurso de cuento

"Bogotá: historias paralelas"

Bases del concurso

* Podrá participar cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, sin ninguna restricción

* Tema: Ucronías o historias alternativas de Bogotá. Esto es: con base en un episodio REAL de la historia de la ciudad, construir un relato imaginario en el cual dicho episodio tenga unas características, un desarrollo o un desenlace diferentes a como lo conocemos.

* Extensión: Mínimo una página, máximo 20 páginas. Tamaño carta, por una sola cara, doble espacio, digitado en computador en fuente Times Roman de 12 puntos.

* Enviar los trabajos a: bogota.paralela@gmail.com

* El cuento debe estar firmado con seudónimo. En archivo adjunto enviar los datos del concursante: Seudónimo, nombre, documento de identidad, dirección, teléfono, correo electrónico de contacto, ciudad y país.

Premio:Publicación de los veinte mejores relatos en un libro de distribución gratuita. Cada ganador recibirá diez ejemplares del mismo y participará en el evento público de lanzamiento el 1 de Marzo de 2008. Los mejores cincuenta relatos serán publicados en la página web de "Bogotá: historias paralelas".

Fallo: se dará a conocer el día 15 de enero de 2008 en la página web: www.bogotaparalela.com

CONVOCAMOS TAMBIÉN a los artistas plásticos para que envíen sus trabajos en formato JPG a bogota.paralela@gmail.com. El mejor será escogido para ilustrar la carátula del libro y otros 10 ilustrarán la web. Los seleccionados recibirán mención de honor.

¡Anímate! Serán 61 los ganadores

¡Tienes grandes posibilidades de obtener uno de los premios!

Mayor información:www.freewebs.com/bogotaparalelawww.bogotaparalela.com

lunes, 3 de diciembre de 2007

un paisaje

Un Paisaje seco, frió, indolente; perneado por una luminosidad monótona, plana; un paisaje en fin; demasiado simétrico demasiado planeado para ser real, pero aun así existe; existe como escenario en donde e desarrolla la penosa escena de esta habitación, una habitación en penumbra; iluminada apenas por una luz vacilante que se derrama en cascada sobre Ella, al lado opuesto, un hombre anulado por su indiferencia, y en el lecho, recostado junto a Ella, yo.

Soy el receptor casual de sus caricias, siento el roce de sus dedos que juegan con los mechones de mi pelo, se entremete en ellos y llega hasta mi piel, es una sensación hipnótica, adormecedora, y poco a poco, me dejo llevar por ella.

Apenas puedo presentir sobre mi cuerpo, su envidia, la envidia de aquel que me cubre como su fuera una sombra que sale de la penumbra donde se encuentra; y, es que daría su vida por estar en mi lugar, a su lado, disfrutando del contacto de sus manos, de su piel delicada y calida y voluptuosa y frágil, así sus pensamientos se encuentren muy lejos… no importa, solo importa el roce distante, ligero de sus dedos sobre la piel.

Y aquel ni tan siquiera puede soñarlo; no le tocaría con sus dedos, no jugaría con sus manos sobre su piel, no le prodigaría siquiera un momento de despreocupada atención, -como lo hace conmigo-; a cambio; solo puede gritar con su mirada, protestar con ella su deseo; deseo de su cuerpo desnudo, deseo de su sexo que se muestra ante sí tan despojado de todo pudor, indiferente a su presencia; tan próximo, pero tan, tan lejano… que el nunca podrá alcanzar, en perfecta consonancia con el paisaje que se despliega al fondo, tan apático.

Sentado al órgano, y con la mirada fija en Ella, en su cruel indiferencia, improvisa una melodía, producto de su genio, inspirado en su inaccesible presencia, en su inalcanzable deseo; y con esta, espera, - inútil espera- capturar un instante su atención, atención que esta embebida en sus propios pensamientos, y, aunque de manera esporádica, en mi, en jugar con sus dedos sobre mi pelo, en llevarme con sus caricias, lentamente al sueño.