miércoles, 20 de febrero de 2008

Retomo el Elogio de la Mujer Brava,

Me pareció tan bueno que no quise dejar pasarlo así como así, de hecho … no se porque no tiene ni un comentario.

Mis elogios para el “Elogio de la Mujer Brava”, es interesante que voces masculinas den una mirada y opinión pública de la mujer, como el ser que poco a poco se despoja de los esteriotipos que nos han acosado durante siglos. Romper el molde inventado e impuesto a las mujeres por los hombres, sobrepasar el machismo y ego de macho cabrio de ellos, para que reconozcan que las mujeres somos mas de lo que los hombres han querido que seamos, no lo que nosotras queremos ser.
Precisamente hoy( 20-02/008) salió en el periódico un artículo de Florence Thomas y se encabeza:
La política, un ejercicio patriarcal
MUJERES PRESIDENCIABLES: SI EXISTEN
aunque no habla exactamente de la mujer brava, pero si de mujer. Quiero citar un fragmento (cuestión de espacio) del artículo que me pareció clave en el hecho de porque no existen muchas mujeres presidenciables. Lo quiero compartir con ustedes como punto de reflexión e identificación de lo que a continuación dice.
“Mujeres presidenciables: si existen. ¿Muchas? No, claro que no, pero que las hay, las hay. Sin embargo y antes de nombrar algunas quisiera explicar porque no son muchas. De hecho hay bastantes mujeres capacitadas para la política, pero no suficientemente atraídas por la política. Ese es el punto. Son dos cosas distintas que las diferencian inmensamente de los hombres.
Y sí, las mujeres lo piensan muchas veces antes de decidirse del todo por la política y más cuando se trata del más alto cargo de una nación. Es que pocas mujeres están dispuestas a darle todo a la política como lo hacen los hombres, darle todo a un ejercicio de la política que nunca fue diseñado pensando en su posible participación; un ejercicio patriarcal, masculino, vertical, y demasiado alejado de la vida, de la vida como la entienden las mujeres. Y entonces habría que interpretar la escasez de mujeres presidenciables y su lenta inclusión en política como signo de resistencia o rebeldía silenciosa ante un discurso y una práctica que no las comprende, que no las toma en serio y que las acepta solo en virtud de un políticamente correcto que esta muy lejos de traducir una verdadera convicción.”
Se que dije que solo iba a colocar un fragmento del artículo pero me es inevitable citar la frase de Sandra Bocchetti (feminista italiana asesora de muchas mujeres para el ejercicio de la política) que coloca Florence Thomas para cerrar su artículo:
“si una mujer entra en política, debe entrar con su historia y no a pesar de su historia; debe entrar la experiencia de una mujer y no una mujer a pesar de su inexperiencia.”

Angela Lancheros M.

martes, 19 de febrero de 2008

Configuraciones del rostro más allá de la máscara femenina: Una aproximación personal a la experiencia del taller editorial de futuras escritoras.


Persona, según la etimología griega máscara, actor que representa en el cotidiano un papel marcado por las intersecciones de la biología, las connotaciones sociales y el lenguaje. Y cuando me refiero a cada una de ellas, pienso en el cuerpo, en el destino en apariencia marcado por los genes y la anatomía, en las distribuciones de saberes y acciones hegemónicamente divididas por una estructura binaria de varones y mujeres, o las maneras en que por medio de la enunciación- que cómo todo acto del lenguaje es un artificio- marcamos y definimos el mundo existente en el acto de representación que puede ser la escritura y el habla. Pienso, al mejor estilo del barroco, en el mundo como un gran teatro y en cómo cada uno de nosotros engastado en el papel que nos corresponde por la posición en el escenario, se limita a representar su personaje. Persona, denominación para definir la posición del observador ante el afuera construido a partir de premisas y certezas legadas por la historia o el tiempo de las instituciones. Más sin embargo detrás de toda máscara, de la repetición que termina fundiendo el rostro original con el representado, hay una pregunta, afirmaciones que esbozan la identidad y las maneras en que nos desplazamos en las coordenadas del firmamento erigido por la cultura.

En esos cuestionamiento presentes desde el acto mismo de mirarnos ante el espejo hasta en las maneras en que intentamos acceder al otro en la afirmación y el desgaste del día a día, está la constante del género, la interrogante por el punto de igualdad o diferencia, la cercanía o la distancia que nos acerca o nos separa de lo propio y lo ajeno. En nuestro caso, la máscara lleva inserto el asunto de ser Mujer, como probabilidad y pregunta en constante construcción, tal como lo pude descubrir en la experiencia de estos tres últimos meses en el taller de futuras escritoras, en donde la búsqueda por la voz propia y la forma de la escritura como lugar de pertenencia e identidad, ha sido una manera de resignificar el silencio de los “ángeles de la casa”.

Dentro de la experiencia de apropiación y cuestionamiento del lenguaje como una patria extranjera para las mujeres, como un acto personal de resimbolización de la experiencia cotidiana, pude descubrir maneras múltiples de interpretar y leer el universo, en tanto, opciones infinitas de asumir los movimientos de la vida interior o las visiones múltiples del afuera como materia en constante transformación desde la oscuridad, la intimidad, los cuestionamientos por la rutina, la infancia y el humor, presentes en los trabajos de las escritoras parte de éste proceso.
Esta experiencia más allá de la elucubración teórica, se ha transformado en una oportunidad para comprender que ser Mujer en nuestros tiempos no sólo es la negación de un paradigma o de una tradición del silencio, sino es también una pregunta, una oportunidad para construir desde la literatura un diálogo en concomitancia con la diferencia como posición válida en el universo.

Muchas veces especialmente en un territorio que por tradición ha pertenecido a los interregnos de la razón- en tanto, desde su construcción a lo masculino- como es el caso de la literatura, la escritura hecha por mujeres se ha transformado, en pos de la omnisciencia y la enunciación neutral que garantiza el ingreso de manera “seria” a los interregnos de la lectura y el reconocimiento de la obra por parte de la crítica en una negación de lo femenino como voz narradora. Más sin embargo, la existencia de espacios como el taller editorial, me han permitido dilucidar la importancia de asuntos vitales tales como la presencia de lo femenino y lo masculino en la enunciación de la escritura, la necesidad a veces conflictiva y en ocasiones difusa de lograr un diálogo real con el otro, la relación con los hombres y cómo desde nuestra experiencia reconstruimos su voz desde la escritura, la soledad, el aislamiento como condición y metáfora, la injerencia del entorno y su fragmentación dentro de la voz que enuncia en el texto, la particularidad e infinita diferencia que puede haber dentro de la categoría de Mujer, en fin… la importancia de la instancia vital en el acto representacional de la obra literaria, que, como todo acto construido por el lenguaje es una instancia de elección y acción, en tanto de poder.

Desde ese punto de vista, los textos que se encuentran aquí, son el producto de una experiencia vital por parte de las jóvenes escritoras que hemos trasegado juntas este camino por varios meses, presentando en las hojas impresas no sólo palabras, sino gestos y procesos de conocimiento de la experiencia propia y ajena en el camino de descubrimiento de los universos particulares y colectivos, participes en éste proceso. Éste libro es ante todo el resultado de las reflexiones y el trabajo de un grupo frente a los lugares de la representación y enunciación de la máscara de lo femenino, donde la posibilidad de ser varios o enunciar en primera persona se transforma en una opción fresca y válida dentro de la literatura colombiana, al enrarecer el discurso de las “bellas letras” y permitir el ingreso y apropiación de sus códigos por parte de mujeres jóvenes que no se limitan a quejarse o a denostar de su condición.

Hacer de una experiencia tan individual y al mismo tiempo social como es la escritura en toda su magnitud, un acto de reconocimiento de la diferencia y no de la igualdad- entendiendo está última como una condición homogenizadora ajena a la inclusión de lo múltiple o de lo otro- ha sido el gran aporte del taller editorial donde -recordando a Helen Cixous- hemos tenido la oportunidad de no ser outsiders de nuestra propia lengua, portadoras de una máscara impuesta y raída, un cuerpo, la manera en que dictaminamos nuestro destino, la palabra que nos funda, el lugar que tenemos en la cultura, los interregnos de nuestras pasiones cómo escritoras, al transformar la literatura en un cuarto propio, en una pregunta llanamente personal que aspira dialogar desde la profundidades de la vida interna o las preguntas propias del que nombra, con el afuera.

INVITACIÓN DE LEONARDO MONTENEGRO

Queridas escritoras,

Aqui les envío el programa de un curso que dicta uno de los jurados de la convocatoria en la Universidad Javeriana. Me pidió que las invitara a asistir. El curso es sobre las perspectivas en los estudios de género y uno de los elementos interesantes es que usa bastante el cine para la discusión de este tema. No se tienen que inscribir ni nada, él las espera sin condiciones.

Espero que se entusiasmen.

Catalina V.

ASIGNATURA: Estudios de género
FACULTAD: Facultad de Ciencias Sociales
DEPARTAMENTO: Antropología
PROFESOR: Leonardo Montenegro Martínez
e-mail: l.montenegro@javeriana.edu.co
PERIODO DE VIGENCIA: enero-mayo 2008
Horario clase: miércoles 4pm a 7pm Edificio 03 salón 506

Horario de atención: viernes de 2pm a 4pm
Oficina 403, edificio 95 (Manuel Briceño).

Presentación

El género como categoría analítica ha incidido de manera profunda en los estudios antropológicos, primero como una mirada que enfrentaba los discursos biologicistas que imperaban hasta los años 50’s, de ahí en adelante los estudios sobre mujeres tomaron un curso diferente; influidos por las teorías feministas comenzaron a desarrollar un tipo de investigación centrado en las mujeres que buscaba responder a preguntas tal como ¿cuál es el origen de la desigualdad entre los sexos? ¿Es la asimetría sexual un fenómeno universal?

La antropología con una perspectiva de género ha intentado responder a preguntas como las anteriores, así como permite una mirada sobre los símbolos y lo estereotipos sexuales, es decir, nos brinda herramientas para intentar explicar la variedad de interpretaciones culturales de las categorías «hombre» y «mujer», partiendo de la idea que las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, sólo adquieren un sentido al interior de un sistema de valores definido culturalmente. Esta mirada es crucial para entender categorías antropológicas tales como parentesco, familia, hábitos sexuales, hogar, propiedad, herencia y por supuesto las relaciones económicas que se dan al interior de una sociedad determinada.

La antropología con una perspectiva de género no se ha centrado únicamente en el estudio de las mujeres, su objeto de estudio son las construcciones culturales de los hombres y de las mujeres, es la masculinidad y la feminidad en tanto relaciones sociales, los sistemas de pensamiento, las relaciones de producción dentro del ámbito económico, la división sexual del trabajo, la construcción de lo bello y lo valiente, la construcción del cuerpo, así como los ámbitos de lo público y lo privado. El género es una categoría imprescindible para entender no sólo nuestra sociedad, sino cualquier otra.

Evaluación

Para cada clase hay una lectura asignada la cual se discutirá en la sesión y fundamenta el desarrollo de la misma. Las notas son con base en tres reseñas y la participación en clase. Es responsabilidad de los/as estudiantes conseguir las lecturas para cada clase y las reseñas.
- Reseña 1: …………………………………………………30%
- Reseña 2:………………………………………………….30%
- Reseña 3:…..……………………………………………..30%
-Participación en clase:……………………………….10%
- Total.................................................................100%

Primera reseña: Henrietta L. Moore. 1996. Antropología y feminismo. Madrid: Cátedra.
Segunda reseña: Sandra Harding. 1996. Ciencia y feminismo. Madrid: Morata
Tercera reseña: sobre un libro escogido por el/la estudiante sobre género (en cualquier área).

Nota: sólo se reciben trabajos en las fechas asignadas en el salón de clase, no se aceptan por medios electrónicos ni que se dejen en ninguna otra parte. Si no se pueden entregar en la fecha señalada, sólo se recibirán con autorización del director de carrera.

Metodología

La clase se centrará en la discusión de las lecturas correspondientes a cada tema. El profesor realizará una exposición de cada tema y esto servirá para abrir la discusión en torno a cada problemática con base en la lectura que los/las estudiantes han realizado.

Fecha 30 de enero
Tema: Presentación del programa

Fecha 06 de febrero
Tema: ¿Qué son los estudios de género? El género como categoría analítica
Lectura: Nicholson, Linda. 2003. «La interpretación del concepto de género» en Del sexo al género: los equívocos de un concepto. Silvia Tubert (ed.). 47-81. Madrid: Cátedra.

Fecha 13 de febrero
Tema: ¿Qué son los estudios de mujeres?
Lectura: “¿Qué estoy haciendo cuando hago estudios de mujeres en los años noventa?” en ¿Qué son los estudios de mujeres? Marysa Navarro y Catherine R. Stimpson. 127-165. México: FCE.

Fecha 20 de febrero
Tema: Género y antropología
Lectura: Héritier, Françoise. 2002. «De Aristóteles a los Inuit: la construcción razonada del género» y «la sangre del guerrero y la sangre de las mujeres: Control y apropiación de la fecundidad» en Masculino/femenino. El pensamiento de la diferencia. 187-232. Barcelona: Ariel.

Fecha 27 de febrero
Tema: Sobre los feminismos
Lectura: Ramón Gosfoguel. 2007. “Diálogos decoloniales con Ramón Grosfoguel: trasmodernizar los feminismos” en Tabula Rasa 7:323-340

Fecha 05 de marzo
Tema: Identidad e identidades de género
Lectura: Lamas, Marta. 1995. «Cuerpo e identidad» en Género e identidad: ensayos sobre lo masculino y lo femenino. Luz Gabriela Arango, Magdalena León y Mara Viveros (comps.). 61-81. Bogotá: Tercer Mundo/Uniandes/Universidad Nacional de Colombia.

Fecha 12 de marzo Entrega de la primera reseña: Henrietta L. Moore. 1996. Antropología y feminismo. Madrid: Cátedra.
Tema: Sobre la construcción de lo femenino
Película: «Las mujeres de verdad tienen curvas». Directora: Patricia Cardozo.

Fecha 19 de marzo No hay clase por semana santa

Fecha 26 de marzo
Tema: Transformaciones de lo masculino
Lectura: Montesinos, Rafael. 2002. «Los enfoques de la masculinidad» en Las rutas de la masculinidad. 71-129. Barcelona: Gedisa.

Fecha 02 de abril
Tema: género y sexualidad
Lectura: Hubbard, Ruth. 2004. «Género y genitalia: construcciones de sexualidad y género» en Pensar (en) género: teoría y prácticas para nuevas cartografías del cuerpo. Carmén Millán y Ángela María Estrada (eds.). 50-62. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.

Fecha 09 de abril
Tema: Otros géneros
Película: «Los muchachos no lloran». Directora: Kimberly Peirce.

Fecha 16 de abril
Tema: Género y sexualidad, la construcción del cuerpo
Lectura: Brian McNair. 2004. “La sexualización cultural” en La cultura del striptease. Sexo, medios y liberalización del deseo. Barcelona: Océano.

Fecha 23 de abril
Tema: género y ciencia
Entrega 2ª reseña

Fecha 30 de abril
Tema: Género y etnicidad
Lectura: Castellanos, Gabriela. 1997. «Aproximaciones a la articulación entre el sexismo y el racismo» en Nómadas. 6:96-106.

Fecha 07 de mayo
Tema: Hombres y mujeres en la economía
Lectura: Arango, Luz Gabriela. 1997. «“La clase obrera tiene dos sexos”. Avances de los estudios latinoamericanos sobre género y trabajo» en Nómadas. 6:82-93.

Fecha 14 de mayo
Tema: la utilización de la categoría de género en la investigación
Lectura: Montenegro, Leonardo. 2004. «Culturas juveniles y “redes generizadas”. Hacia una nueva perspectiva analítica sobre la contemporaneidad juvenil en Colombia» en Tabula Rasa. 2:111-143. (Disponible online en: www.redalyc.org).

Fecha 21 de mayo
Tema: Discusiones finales
Lectura: Butler, Judith. 2001. «Sujetos de sexo/ Género/ Deseo» en El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad. 33- 67. México: Paidós.

Fecha 28 de mayo
Entrega 3ª reseña

Elogio de la Mujer Brava

Elogio de la mujer brava

Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Por: Héctor Abad

A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.

La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran "no más usted me avisa y yo le abro las piernas", siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).

A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.

Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.

Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.

Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.

Vamos hombres, por esas mujeres bravas!!!!!!!!!!!!!

lunes, 18 de febrero de 2008

¿Que escriben escritoras?

Hola Niñas...
Espero que las que han estado inspiradas últimamente nos compartan sus escritos....
Recuerden uno de los consejos…¡no escribas solo un cuento a la vez!

jueves, 14 de febrero de 2008

¿Cuál es su imagen?

El proceso planteado a través del Laboratorio Editorial me ha servido para confirmar que los procesos de creación tienen un alto componente de destrucción, se trata de desmenuzar y quebrar. Los talleres no sólo invitaron a tener una actitud más afirmativa frente a la escritura, no sólo consistió en cuestionar la relación de las escritoras amateur frente al lenguaje sino también de descubrir los prejuicios que secretamente gobernaban las narraciones de las participantes.

(Muchas descabezaron a grandes tiranos.)

Este proceso lo veo como un hacer que también es un deshacer. A este movimiento paradójico lo llamamos muchas veces la búsqueda de una voz propia sin saber muy bien qué significa eso. Para explicármelo a mi misma me imaginaba que era como un truco de magia muy sofisticado, o pensaba que se trataba de una receta muy antigua, en otros momentos, sentía que se trataba de creer, a estas alturas del partido, que sí tenemos alma y que esta alma además escribe.

Pero bueno, creo que mi imagen más fuerte y más precisa cuando pienso en los talleres y ese proceso encriptado es la siguiente: cada una de las escritoras se sentó frente a su teclado a esculpir una pieza diminuta, la labor fue escrupulosa, su meta fue sacar una figura fina de un bloque rudo, en ocasiones tuvo que hacer mucha fuerza, en otros momentos, tuvo que ser delicada y ligera. Cada una miró por una lupa todo detalle y buscó la armonía de toda la pieza cada vez que la intervino. Creo que estos talleres fueron un ejercicio de precisión, un ejercicio de afinamiento (si es que esa palabra existe), una labor que a mi, personalmente, me pareció elegante.

De esta manera, se fue moldeando esa "voz propia" que antes no se veía muy claramente pero que luego apareció como un diminuto diamante.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Miércoles 15 de enero: algunas preguntas en el diván de la psicoanalista


__…En el sueño de hoy está la imagen de los libros, de un cuarto oscuro donde la niña se refugiaba, según lo que dice aquí, en medio del olor del papel amarillo y los lomos de cuero… cuéntame acerca de la infancia y esa relación con los libros, con la literatura en general en tu vida… por favor quítate los anteojos, suelta las piernas y cierra los ojos…

__Bueno, mi relación respecto a la literatura es absolutamente al revés. Los libros en mi vida han sido como la línea del destino: me han cruzado la mano de un estribo al otro sin la posibilidad de decir que empecé a tal edad o tal otra. Siempre estuve rodeada de libros, mi contacto con la literatura se remonta a los primeros años de la infancia. Creo que primero aprendí a identificar los libros por su olor y textura, que a jugar a las escondidas o a la “lleva”. Digo que es una relación al revés porque terminé metida entre Homero, Heródoto, la poesía del siglo de oro español y los rusos –lecturas de “gente grande”- desde muy niña, guiada por la curiosidad, ya que como hija única alérgica a casi todo, los libros fueron mis amigos y mis primero cómplices y en nombre del aburrimiento me imbuí en ellos sin saber en qué me metía. Debo confesar que conocí la literatura para “adultos” porque no había nada que hacer antes de la serie José Miel que daban a las cinco de la tarde en el canal 7, aparte de escuchar con mi empleada la radionovela Calimán…

__Pero has mencionado que al revés ¿Por qué? ¿De dónde sale esa expresión?

__Ah… por que terminé leyendo y descubriendo cosas aparentemente fuera de su tiempo. Los libros y en especial la literatura son como la vida: sólo estamos preparados para nombrar y asumir ciertas palabras en cierto tiempo, en cierto espacio, y, aunque haya otros que nos las repitan y nos la entreguen hasta el cansancio, sólo podemos comprender su sentido hasta que el instante justo de la experiencia nos la revela. En mi caso, conocí primero las palabras y después su contenido por los giros de la vida. Así como en la infancia leía los llamados “clásicos”, en la pubertad me embelesé con los filósofos existencialistas- al punto que me declaré atea a los once, ahora me rió pues estoy convencida que si hay un Dios- y aunque no me creas conocí la literatura fantástica y parte del legado de la literatura infantil en la adolescencia, sin contar lo que descubrí en la universidad. Es gracioso, si no hubiera sido por ese recorrido, la literatura no me hubiese salvado la vida, no me hubiese entregado el sentido suficiente para continuar cuando aparentemente no había esperanza. Las palabras que no comprendí cuando niña, en la adolescencia, periodo tórrido por la muerte de mi madre, me concedieron la posibilidad de estar viva y comprender que cuando nos sujetamos a ellas, así como pueden llegar a ser cuchillos, tienen el poder de ser un abrazo, un beso y hasta un lazo para llegar al otro y sentir con él. Esa es la razón de mi primera incursión con la palabra lejos de mí para llegar a los otros –por decirlo de alguna manera- en el colegio.

__¿Qué fue lo que sucedió en el colegio? ¿Por qué dices con orgullo –lo detecto en tu voz- que fue tu primera incursión? ¿Qué fue lo que sucedió?


__Para ese entonces- debería tener unos trece años- era una típica niña problema que lo único que sabía hacer era dibujar, escuchar música y leer. Los profesores al ver que me gustaban los libros, me entusiasmaron para que escribiera no sólo diarios- manía propia de mi introversión- sino poesía. Empecé y me gusto la idea, pues, así podía canalizar, exteriorizar lo que sentía sin problemas y agresividad hacía los demás. A los catorce, empecé con los concursos de poesía intercolegiados y los recitales, encontrando en la escritura una manera de hablar con los demás y en cierta forma de conocer lo que sentían otras personas por medio de la literatura. Me gustó tanto la idea que con el apoyo de la profesora de castellano ya en noveno, funde el grupo de poesía del colegio: Polimnia. Aunque al principio la idea sonaba descabellada, ya que los versos en apariencia no convocan a nadie, con el pasar del tiempo el grupo congregó a cientos de niñas tanto de primaria como de bachillerato, que encontraban en la literatura otra forma de expresar la inconformidad ante el molde de las mujeres “perfectas e integrales”, un espacio donde aunque sea en lo que se leía o se escribía, había una posibilidad de ser “persona” sin estereotipos o marcas del deber casi obligatorio de ser mujer como superficialidad o sensibilidad enfocada a la pareja o el futuro proyecto de hogar ja-ja –ja. Creo que yo también le debo la opción de haber escogido otra vida, de plantearme una manera otra de ser mujer sin la necesidad de marcar el formulario de las “exigencias sociales” a la literatura…

__Aquí, hay algo que no comprendo –tu me corregirás- si sabías que lo que te hacía “libre” era la literatura, como opción de vida, ¿cómo fue eso de estudiar ciencia política en la Nacional? ¿Cómo conciliaste con la literatura aún tomando el camino de la politología?

__ No es tan fácil decirse en la cara que tu pasión te puede matar de hambre- cuando uno sale del colegio sale con más incertidumbres que certezas y en ese estado debe decidir para donde va a coger- así que presa algo del pánico, pero por otra parte con la promesa de cumplir mi sueño de escribir, me fui a la universidad Nacional, la cual consideraba como el portal de las artes en el país. Sabía que allá podía estudia la carrera y por debajo de cuerdas tomar asignaturas de la carrera de literatura o las electivas de artes. Y así lo hice por dos o tres años, hasta que sentí que debía tomar una decisión entre el vestir de traje y estar detrás del político de turno o realmente tomar la escritura como un camino de vida. En medio del “shock”, me retiré un año y en Cali publique mi primer libro de poemas: Laberíntica. Por cosas del destino termine lanzándolo en la 13° feria del libro de Bogotá y gracias a él tuve mi primer contacto con la crítica. Debo confesar que no fue fácil, especialmente cuando vi en los medios impresos la opinión de los otros con respecto a lo que sentía y era. Entender que eso que publiqué ya no era mío sino de los que me leían fue difícil. Comprender que en cierta forma tenía otro rostro que hacía aparición en los recitales o las lecturas formales cuando respondía las preguntas del público no un fue asunto agradable, hasta el punto que tuve en ese periodo una alta propensión al aislamiento, sin contar la angustia de pensar en el ojo de los críticos, en el terror de la desaprobación, que persiguió los cinco años de elaboración del segundo libro comprometido por la alta oportunidad que me dio el departamento de literatura de la universidad para publicar en su colección de viernes de poesía el Panóptico(pabellón para tercos y fantasmas) en el 2005.

De ahí entendí que aparte de ser una pasión, la literatura es el ejercicio obstinado de la perseverancia en contra del miedo de la desaprobación; un oficio, en tanto, la sumatoria del trabajo y la paciencia, esta última difícil de comprender especialmente cuando se siente que no hay nada que escribir, o peor aún, que lo que está escrito en borradores te puede más, aún sobre el tiempo y la voluntad.

__Actualmente, ya visto con los ojos de hoy ¿Cuál es tu relación con la literatura? ¿Qué pasó con la niña del cuarto lleno de libros?

__Mucho más reconciliada. Por decirlo así “arreglé” mi camino. Después de la ciencia política me fui a hacer maestría en literatura en la javeriana- donde soy actualmente docente- y tuve la oportunidad de graduarme con tesis laureada y grado Magna Cum Laude. Ahora no peleo tanto con la literatura, amo lo que hago y aspiro a poder llevar mi pasión hasta los bordes del proyecto de vida. No creo que se escriba para morir, tal como la tradición del simbolismo y el romanticismo tardío reza, sino para vivir- esa es la única rebelión que nos queda- especialmente en Colombia, donde la dignidad de la vida, no parecen estar de moda. La escritura no puede ser una excusa para negarse a la vida, sino una manera de mirar y sentir con los hombres y mujeres que nos rodean. Ahora me demoro más, especialmente ahora que me dio por la narrativa, pero siento que debo permitir que el tiempo de las cosas llegue, para hacer de los textos no una razón para el encierro sino una clave para ser parte del mundo y aunque suene metafísico, del universo. Creo que la niña de los libros sigue ahí, pero la diferencia es que ya no lee o escribe para escapar del mundo, sino para hacer parte de él ¿no te parece?

__Eso está por verse Andrea Juliana, lo discutimos en la próxima sesión… Ya puedes abrir los ojos y levantarte, se nos ha acabado el tiempo. Nos vemos mañana a la misma hora de siempre…

martes, 5 de febrero de 2008

Autobiografías

Entonces vamos al grano. Resulta que el ejercicio, como tuve que confesarlo el sábado pasado, tenía como propósito volverse una piedra en el zapato. Un ejercicio así de libre con un tema así de complejo, como uno mismo, no puede ser sino eso. A mi me interesa como excusa para explorar el punto de vista, la voz propia, la relación misteriosa (o no) que tenemos con el lenguaje. Obviamente, en este sentido, no puede ser un texto con un punto final: me parece más el comienzo de una reflexión que se les presentará en varias ocasiones. Para mi es una presentación de cada una de ustedes, pues como también se ha ido dilucidando a lo largo del proceso, no podemos usar el sustantivo general de "mujeres" o "escritoras" sin mostrar la complejidad que esconden esas palabras.

Hasa el momento, los resultados son muy interesantes. Hay algunas que lo han asumido de una manera experimental, intentando a través del texto mismo mostrar una postura frente a la escritura. Otras han optado por una presentación formal y externa de su labor. Otras han decidido exponerse de manera más íntima.

A mi el proceso de lectura de las autobiografías me ha despertado muchos interrogantes que comparto con ustedes. Por ejemplo,

- ¿Qué rol tiene la familia en el interés por la escritura? Muchas mencionan a la madre y al padre como coordenadas en sus reflexiones.

- ¿Cuáles son lo límites, si los hay, entre el placer (gozo, agradecimiento, risa) y el dolor (soledad, incomunicación, melancolía) frente a la expresión escrita? Me recuerda la alusión que hizo Carmen Millán sobre la escritura como pharmakon: medicina y veneno.

- ¿Qué tan importante es publicar para ustedes? ¿cómo se sienten frente a la exposición a un público y a un mercado editorial?

- ¿Quiénes se ven en el futuro como escritoras publicadas y quiénes como escritoras no publicadas?

- ¿Cuáles son los incentivos sociales, personales, físicos y económicos para escribir?

- ¿Cuáles son los obstáculos? Con respecto a estos últimos: ¿Hay obstáculos físicos? ¿Obstáculos económicos? ¿Obstáculos sociales? ¿Obstáculos personales e íntimos?

Aclaración importante: estas preguntas no deben estar respondidas en su autobiografía. Como pueden deducir de todo este rodeo, lo que más importa del ejercicio es que se comience el trazado infinito hacia uno mismo.

Espero que sus inquietudes se hayan multiplicado con estas relfexiones. Quedo pendiente de cualquier debate que quieran plantear en torno al tema.

Por último, me parece que la fecha última para la recepción de estos ejercicios es el 11 de febrero 2008.

Un abrazo.

Catalina

se llegó a mencionar


Esta es una de las imágenes que se citaron en nuestra discusión del sábado pasado. Debo decir que me encantó escuchar al grupo y la conexión entre todas las posiciones.