viernes, 30 de noviembre de 2007

Comentarios y consejos de Vanessa Solano

No hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondarlo todo en un instante, ni otra forma de llegar a la universalidad que a través de la propia circunstancia: el hoy y aquí. La tarea del escritor sería la de entrever los valores eternos que están implicados en el drama social y político de su tiempo y lugar. Ernesto Sábato


¿Cuáles son los problemas que se plantea el escritor? Indudablemente el pánico que genera la hoja en blanco es tan sólo la primera manifestación de una cantidad de cuestionamientos, de tipo técnico que se plantean los autores, en aras de construir un universo a través del texto.

Las 24 ganadoras de la convocatoria no escapan a esta premisa, aunque los textos evidencian un trabajo depurado, una preocupación estilística y sobre todo muchas inquietudes, sanas para este grupo de escritoras nóveles, considero importante invitarlas a revaluar algunos aspectos en cuanto a forma, que seguramente podrán ofrecerles herramientas sólidas para esta labor creativa que han decidió emprender.

Todos los relatos en mayor o menor grado, tienen vacios en cuanto al punto de vista narrativo, esto quiere decir, que debe haber una mayor reflexión sobre quién narra, desde dónde se narra; no olvidemos que uno de los grandes bastiones que construyen la verosimilitud de un relato, más que la historia por contar, es la figura del narrador. En este particular punto invito a las escritoras de Agua, El cículo, El silencio, El último día de rojo, Santa fe, Faena, Entrada la noche y La ventana , a cuestionar en su texto a la persona narrativa.

La narración también se construye a través de la descripción, a veces ese tipo de pausas descriptivas, como afirma Genette, son importantes para generar una atmósfera que capture al lector, que le genere imágenes sólidas y la capacidad de re-creación a través de la palabra. Invito a las jóvenes ganadoras a pausas descriptivas, en las que prime la economía del lenguaje, a abandonar el exceso de adjetivación, comprensible y válido, en la búsqueda de un estilo propio. (San Mateo, Me senté frente al escritorio, Ana de la Honda)

Se debe construir textos coherentes y verosímiles, lo anterior implica definir la acción del relato, construir personajes que vayan más allá de los usuales arquetipos, generar giros dramáticos que sorprendan a la historia, más que al lector, tomar distancia de los hechos narrados y sobre todo pensar constantemente en lo que se desea narrar, y cómo lo deseo narrar. (Arepa y huevos revueltos…)

No he sido nunca muy partidaria de la división de los textos en forma y contenido, creo que el texto es una unidad indivisible construida por esos dos elementos, que se relacionan constantemente, como una gran máquina construida a partir de engranajes, en la que ninguna pieza puede faltar. Realmente es esa unidad la que se debe lograr en los cuentos presentados, lo anterior implica revaluar las técnicas narrativas y su posterior aplicación en los textos; pero también es una búsqueda de la función de la palabra en cada una de las asistentes, una reflexión sobre el rol de la literatura; es decir sobre esa capacidad que tiene el lenguaje de transformar lo caduco en inmortal, el texto en el mundo.

Lo más importante con relación a la escritura es encontrar la propia voz, eso que la crítica llama “poética” y que diferencia a los autores entre sí. Más que un discurso de “criticas”, sanas, por cierto, las invito, a través de mis comentarios a encontrar, mediante las técnicas que se les ofrecerán en los talleres, ese estilo que las haga únicas e irrepetibles; y que a la vez haga que sus textos se defiendan por ellos mismos.

1 comentario:

Jenny Andrea dijo...

Tomaremos en cuenta tus consejos, este camino es largo y siempre se irá aprendiendo...