Me gustó el cuento porque al comenzar a leerlo sentí que el tiempo transcurría veloz: rápidamente me dijeron que el hombre se había enterrado el machete en su vientre. Pero luego, el tiempo pasó, para mí, de manera lenta y tortuosa. Hasta el último momento alcancé a dudar, como si me compenetrara con el personaje, de si ya había dado el último suspiro, de si, en efecto, ya se había muerto.
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1 comentario:
Creo que uno de los aciertos de la narración de Quiroga en este cuento es la combinación y la integración de una rutina que se vuelve horrible a causa de un accidente.
...Muy cansado, mucho, pero nada más. Esa es la esperanza a la que me sume como lectora.
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